Lagartijas de turbera a principios de la primavera

Envío las fotos  Kristi Neare
Traducción: Adolfo
 
Lagartijas de turbera todavía en hibernación
 
Lagartija vivípara o de turbera      Zootoca vivipara
 
En los trabajos de limpieza a principios de la primavera de las casas de veraneo nos podemos sorprender con imágenes como la que nos envió Kristi. Hay que volver a cubrir los nidos de hibernación de las lagartijas: con mucha probabilidad ya la semana que viene -con el buen tiempo- comenzarán a moverse. En algunas regiones ya ha finalizado la hibernación a finales de marzo.
 
 A las lagartijas de turbera les agradan los lugares húmedos, bien cerca de nuestras casas de veraneo, en área taladas, en el bosque, en las riberas de los ríos, en los prados, en las ciénagas y zonas pantanosas donde toman el sol en las tablas de las pasarelas que constituyen los senderos. Abundantes en nuestra naturaleza, la lagartija de turbera se incluye en el grupo de pequeños lacértidos: el cuerpo tiene una longitud de sólo seis centímetros y medio pero la cola pueden llegar a ser dos veces más larga. Sabemos que, para escapar de sus depredadores, se desprende de la cola que se retuerce con movimientos espasmódicos atrayendo y engañando a su enemigo. En su lugar le crecerá una nueva cola, pero no será tan larga y serán fácilmente reconocibles las lagartijas que han escapado de “la rueda del destino”.
 
Vamos a intentar diferenciar los sexos: Las hembras adultas son un poco más grandes, pero los machos tienen la base de la cola un poco más gruesa y el vientre de un brillante color rojo ladrillo con motas negras, mientras que las hembras lo tienen blancuzco. El color del dorso suele ser marrón pero se encuentran algunos ejemplares tanto de colores claros como negro, con dibujos claros y oscuros.
 
Nada más terminar la hibernación empieza la época de apareamiento. Si la hembra no está interesada en “el caballero” le lanzan mordiscos. La madurez sexual la alcanzan en el tercer año de vida. Como animales norteños, las lagartijas de turbera no ponen huevos (el clima es demasiado frío) sino que llevan los huevos hasta que estos eclosionan y “paren las crías” (viviparismo).
 
Se alimentan los insectos, arañas y también lombrices que pueda encontrar en su pequeño territorio…
 
Las lagartijas vivíparas o de turbera tienen muchos enemigos y podemos prever que el ratonero común llevará lagartijas a sus polluelos.
 


 

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