Los espectadores habrán observado que los ciervos se han reunido en grupos del mismo sexo, actuando y moviéndose juntos. Los jabalís no desean competir con esos grupos. Hay que esperar hasta que los ciervos abandonen el lugar y se vayan a otra zona.
Transcurrida la berrea, los ciervos se han tranquilizado. De vez en cuando, un par de machos de fuerza similar cruzan sus cornamentas para dirimir su posición en la jerarquía de la manada. En cada grupo se sabe quién es quién y cómo hay que comportarse en cada situación.