
Para los que mantienen los bosques es de gran ayuda el control de las poblaciones de herbívoros por parte de los depredadores.
Foto: Sergei Gorškov, wilderness-society.org
La utilidad de los grandes carnívoros para todo el ecosistema es bastante clara para todos. Para los humanos, los depredadores generalmente se consideran un problema. Sin embargo, un estudio publicado por científicos australianos y estadounidenses en Nature Ecology & Evolution en 2018 se dedicó específicamente a señalar los beneficios que las personas reciben por la existencia de depredadores salvajes.
Aunque el artículo trataba desde depredadores en el nivel más alto de la cadena trófica hasta las aves de presa, fueron reconocidos también los lobos por sus múltiples beneficios. Por ejemplo, se sabe que más de un millón de accidentes de tráfico ocurren cada año en los EE. UU. debido a choques con animales herbívoros salvajes. Al mismo tiempo, 200 personas pierden la vida en esos accidentes.
En Europa, la historia no es mejor. Solo en Alemania, hay más de 250 000 de esos accidentes por año. Los lobos, al limitar el número de grandes animales salvajes, ayudan a reducir significativamente su incidencia. También en Estonia, el corzo es un animal mucho más peligroso que cualquier depredador salvaje en términos de lesiones y muerte por los accidentes de tráfico que ocasiona. Los depredadores y los carroñeros mantienen limpio el ecosistema. También el trabajo de un nuevo personaje en los bosques de estonia, el chacal, debe ser reconocido. Por ejemplo, en Europa, los chacales eliminan anualmente más de 13 000 toneladas de restos de animales (incluidos los animales muertos en el tráfico). Otros depredadores también contribuyen al trabajo de limpieza. Los depredadores limitan la propagación de muchas enfermedades. Por ejemplo, estudios eslovacos muestran que solo el 7% de los brotes de peste porcina clásica ocurrieron en territorios habitados por el lobo. Los lobos prefieren atacar a jabalís débiles y enfermos, de modo que han conseguido mejores resultados que las intervenciones humanas para evitar la propagación de enfermedades en muchas áreas. Algo por lo que los criadores de cerdos han tenido motivos para estar agradecidos. Se sabe que, aunque los dingos australianos a veces atacan a las ovejas, tiene un efecto más positivo que negativo en la cría de ovejas australianas. Esto es debido a que los dingos se alimentan en gran medida de canguros, que a su vez compiten con el ganado por el pasto. Al limitar la abundancia de canguros, los dingos permiten que las ovejas y vacas dispongan de más comida.
El resultado es un aumento de la producción de leche y carne y, por lo tanto, beneficios económicos para los agricultores. Esto dio a los autores una razón para creer que el lobo y el lince en Europa también podrían tener un efecto positivo indirecto en los criadores de ovejas debido a las limitaciones del número de jabalíes. Especialmente cuando el ganado está bien protegido y el daño directo de los depredadores se minimiza. Sin embargo, el jabalí no consume tanta hierba como los canguros. Se necesita llevar a cabo una investigación específica para probar o refutar los beneficios potenciales de los lobos y los linces para los ganaderos. Hasta ahora, sin embargo, podemos alegrarnos de que los depredadores que limitan el número de animales herbívoros, al menos para los agentes forestales, sean de gran ayuda. Por lo tanto, además de sumar las pérdidas económicas continuas, a veces sería buneo también observar el impacto positivo de los depredadores en la salud y el bienestar humanos. Sin embargo, para que los depredadores nos beneficien tanto a nosotros como al bosque, su abundancia debe ser ecológicamente efectiva, no mínima para que la población sobreviva. Una revisión en idioma inglés con enlaces a varias actividades de investigación se puede encontrar aquí.
Laura Kiiroja