El periodo de parto ha durado dos semanas y las hembras de alce ha parido sus crías, de modo que ahora hay, en los boques de Estonia, unos cinco mil nuevos seres vivos, la cual no deja de ser una cifra muy notable.
La hembra repudia al principio de la primavera la cría que nació el pasado año y que ha permanecido junto a ella todo este tiempo. Estos jóvenes de un año deben, a partir de ahora, cuidarse por sí mismos. La primavera y principios de verano es un periodo donde estos inexpertos jóvenes alces se extravían en las áreas habitadas por seres humanos. No hacen sino buscar el lugar adecuado para vivir. Con frecuencia, atraviesan carreteras y después no se atreven a regresar al área boscosa conocida y segura debido al tráfico de vehículos, pierden la orientación y pueden producirse todo tipo de accidentes...
Las hembras de dos años paren normalmente una sola cría, cuando se hacen mayores paren dos e incluso tres, aunque esto último es muy excepcional. Al nacer pesan entre seis y dieciséis kilógramos, el pelaje es marrón claro y son vigorosos. Junto a la leche materna que ingieren empiezan enseguida a triscar hierba.
En Rusia hace decenas de años que existen granjas de alces, de modo que han investigado las propiedades alimenticias de la leche de alce: entre mayo y junio, el tanto por ciento de grasa es del 8-13% y el contenido proteico del 12-16%. Pueden comparar estas cifras con la leche de vaca que se vende en los comercios.
Dependiendo de la edad, la cría de alce consume hasta dos litros de leche diarios. El periodo de lactancia dura hasta el final del otoño, época en el que las crías llegan a superar ampliamente los cien kilos.
Si se encuentra de manera casual con una cría de alce en el bosque, lo mejor es retroceder. La hembra con frecuencia deja a la cría sola descansando y se acerca sólo para amamantarla hasta que el joven ejemplar es capaz de seguir a la madre. Una cría de alce sola no tiene por qué ser huérfana o haber sido repudiada. Los adultos conocen bien su territorio y naturalmente allí existen peligros y enemigos...