Las martas son imprevisibles

Foto: Kaarel Kaisel
Traducción: Adolfo
 
Marta
 
Marta      Martes martes
 
El periodo central estival es la época en las que las martas se aparean. En las últimas semanas estos mustélidos, que normalmente son muy esquivos y se mueven en la penumbra, se les puede ver actuar a plena luz del día.
 
La marta tiene el tamaño del gato doméstico, con una cola larga y peluda. El pelaje de verano puede variar entre individuos –diferentes tonos marrones o grises. Llaman la atención la garganta y el vientre, que son de un color crema amarillento.
 
Prefiere un hábitat en lo profundo del bosque mixto, con una alta densidad de vegetación  o en enebrales y sabinares en áreas costeras o insulares. Aunque es buena saltadora y trepadora de árboles, prefiere cazar y moverse a nivel del suelo. Trepa a los árboles para expoliar nidos de aves o ardillas, para huir de un peligro o, en otoño, para comer bayas de serval. Cazan topillos rojos, gracias a su agudo olfato y oído.
 
Después del periodo estival de celo y apareamiento, el embrión recién formado detiene su crecimiento hasta enero, teniendo lugar los nacimientos en abril y mayo.

La camada consta de dos a cuatro crías, que están con la madre hasta finales de otoño, y a partir de ese momento, cada una deberá conseguir sobrevivir y alimentarse por su cuenta. Ofrecen una bella imagen las juguetonas crías de marta  persiguiéndose  en el crepúsculo entre las ramas de los árboles, pero tienen que llegar a adultos.



 

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