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Durante octubre los osos acumulan reservas alimenticias para la hibernación. Visitan los comederos de corzos preparados por los cazadores,  así como es posible ver algún ejemplar en los campos de cereales o en las plantaciones de manzanos. Los excrementos de los osos en otoño contienen restos de cereales, manzanas, arándanos palustres, arándanos rojos  aunque  han sido escasos esta temporada, avellanas y otros muchos frutos comestibles. El periodo de caza mayor todavía continua y los osos pueden también ellos mismos matar alguno ungulado…

 

En el periodo “de engorde” otoñal un ejemplar adulto puede ingerir hasta 20 000 kilocalorías al día. Esto equivale, por ejemplo, a comer cuatrocientas manzanas. Pueden aumentar de peso alrededor de 400 gramos diarios: en otoño un oso pardo pesa por término medio  hasta trescientos kilógramos, una cuarta parte más que en al principio de la primavera. En el caso de las hembras en gestación, llegan  a pesar un cincuenta por ciento más que en la primavera.

 

A finales de octubre, cuando la temperatura desciende, los osos pardos alcanzan su peso máximo, permanecen cerca de los lugares seleccionados para hibernar y crece el ansía por alimentarse.

 

Marcas territoriales de oso pardo sobre una corteza de pino

 

La población de osos de Estonia se estima que  alcanza una cifra de unos seiscientos ejemplares, de los cuales unos sesenta son hembras con crías. Cuando tengamos datos más exactos se los comunicaremos.