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La nutria es una especie autóctona. Dotada de finos oído y olfato, es capaz de detectar sus presas en movimiento tanto en el agua como en tierra. En cambio su visión es pobre, de modo que puede no apreciar a un observador inmóvil en la orilla del río y, como se puede ver, no parece que la luz artificial y la cámara afecten a su actividad. Estamos ante un animal que se mueve constantemente y que los investigadores tienen serias dificultades para seguirlo.

 

Los seguidores de la Cámara de peces señalan que la nutria no actúa mucho tiempo en el mismo lugar. Deja pasar un tiempo para que la zona de freza se tranquilice, para atacar de nuevo. El tiempo ventoso y los reflejos del agua facilitan el ataque a los peces que han perdido su precaución en el periodo de freza

 

La población de nutrias oscila mucho. En los años 80 del siglo pasado se alcanzó un mínimo de población de unos mil quinientos especímenes pero hoy en día esta cifra se ha multiplicado por tres. Se piensa que las causas de la disminución fueron las sustancias contaminantes del medio ambiente y la caza excesiva.